Lo más triste de esta historia, es que me encantas.

Inclusive tu mal carácter, los momentos en los que te pierdes en un punto fijo, el sonido de tu columna al tronar, tu orgullo, tu falta de disponibilidad, entre otras cosas.
Aun así me encantas.

Aguantarse las ganas de abrazarte, de tocar la palma de tus manos, de entrelazar nuestros dedos, de sentir tus labios.
Deseo día a día poder tenerte cerca, escuchar el sonido de tu voz.

Pero ¿Por que no se puede?

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